Lectura: Salmos 37:1-11

Un entrenador deportivo dijo una vez las siguientes palabras: “En el juego, mi filosofía ha sido que la paciencia siempre sale triunfante.  No estoy hablando de ser pasivo, sino de la paciencia requerida para seguir nuestro plan de juego.  Si nos alejamos de nuestro estilo y jugamos al estilo de nuestros oponentes, nos meteremos en problemas; o si dejamos que nuestras emociones dominen el juego y no nuestra razón, no funcionaremos efectivamente”.

Siguió diciendo: “Animo a nuestro equipo a que pongan en práctica las cosas que hemos ensayado una y otra vez en los entrenamientos, a que seamos fieles a nuestro estilo; eso no significa que siempre vamos a ganar, pero si nos asegura que no nos derrotaremos a nosotros mismos”.

En nuestra lectura devocional, el salmista nos dice: “Confía en el Señor y haz el bien. Habita en la tierra y apaciéntate de la fidelidad. Deléitate en el Señor y él te concederá los anhelos de tu corazón.  Encomienda al Señor tu camino; confía en él, y él hará Si creemos en él agotamos a nuestros contrarios y finalmente venceremos” (Salmos 37:3-5).

La paciencia debería caracterizar la forma de vida de todo creyente que está tratando de hacer la voluntad de Dios.

  1. La estrategia de la paciencia y esperar la voluntad de Dios, no sólo impedirá que nos derrotemos a nosotros mismos, sino que nos llevará a una gloriosa victoria.
  2. Como creyentes debemos tratar siempre seguir el plan de Dios para nuestras vidas.

HG/MD

“Encomienda al Señor tu camino; confía en él, y él hará” (Salmos 37:5).