Curiosidades

La respuesta a esta pregunta, depende de lo que el fin o la meta sea, y de qué medios sean usados para alcanzarlos. Si las metas son buenas y nobles, y los medios que utilizamos para alcanzarlas también son buenos y nobles, entonces sí, el fin justifica los medios. Pero eso no es a lo que la mayoría de la gente se refiere cuando usa esa expresión. La mayoría la usa como una excusa para alcanzar sus metas a través de cualquier medio que se necesite, sin importar cuán inmoral, ilegal o desagradable puedan llegar a ser esos medios. Lo que generalmente significa esa expresión, es algo como «No importa cómo consigas lo que quieres, en tango lo obtengas.»

«El fin justifica los medios,» usualmente implica hacer algo malo para alcanzar un fin positivo y justificar la maldad al señalar un buen resultado. Un ejemplo sería mentir en un currículo vitae, para conseguir un buen empleo, y justificar la mentira diciendo que un mayor ingreso le permitirá al mentiroso proveer más adecuadamente para su familia. Otro podría ser, justificar el aborto de un bebé para salvar la vida de la madre. Mentir y quitar la vida a un inocente, son igualmente inmorales, pero el proveer para la familia de uno y salvar la vida de una mujer, es moralmente correcto. ¿Entonces, dónde está la línea divisoria?

El dilema del fin/medios, es un escenario popular en las discusiones sobre ética. Usualmente, la pregunta es algo como: «Si tú pudieras salvar al mundo, asesinando a alguien, ¿lo harías? Si la respuesta es «sí», entonces el resultado moralmente correcto, justifica el uso de un medio inmoral para lograrlo. Pero hay tres diferentes aspectos a considerar en tal situación: la moralidad de la acción, la moralidad del resultado, y la moralidad de la persona que ejecuta la acción. En esta situación, la acción (asesinato) es claramente inmoral, así como lo es el asesino. Pero salvar al mundo es un resultado bueno y moral. ¿O lo es? ¿Qué clase de mundo es salvado si se les permite a los asesinos decidir cuándo y si un asesinato es justificado y luego queda libre? ¿O el asesino enfrenta el castigo por su crimen en el mundo que él ha salvado? ¿Y el mundo que fue salvado es justificado al quitarle la vida a aquel que los acaba de salvar?

Perspectiva bíblica

Desde la perspectiva bíblica, desde luego, lo que falta en esta discusión es el carácter de Dios, la ley de Dios, y la providencia de Dios. Porque sabemos que Dios es bueno, santo, justo, misericordioso y recto, y aquellos que llevan Su nombre deben reflejar Su carácter (1 Pedro 1:15-16). Asesinar, mentir, robar, y todas las formas de comportamiento pecaminoso, son la expresión de la naturaleza de pecado del hombre, no de la naturaleza de Dios. Para los cristianos cuya naturaleza ha sido transformada por Cristo (2 Corintios 5:17), no hay justificación para un comportamiento inmoral, sin importar el motivo o el resultado para ello. De este Dios santo y perfecto, recibimos una ley que refleja Sus atributos (Salmo 19:7; Romanos 7:12). Los Diez Mandamientos dejan en claro, que asesinar, adulterar, robar, mentir y codiciar es algo inaceptable a los ojos de Dios, y Él no hace una «cláusula de excepción» para la motivación o la racionalización.

Nótese que Él no dice, «No asesinarás, a menos que haciéndolo salves una vida.» Esto es llamado «ética situacional,» y no hay lugar para ello en la ley de Dios. Así que, está claro, que desde la perspectiva de Dios, no hay fin que justifique los medios que quebranten Su ley.

Además, en la discusión de la ética del fin/medios, está ausente un entendimiento de la providencia de Dios. Dios no simplemente creó el mundo, lo pobló con gente, y luego los dejó para que se las arreglaran por sí solos sin la supervisión de Él. En vez de ello, Dios tiene un plan y un propósito para la humanidad, el cual Él ha llevado a cabo a través de los siglos. Cada decisión hecha por cada persona en la historia, ha sido aplicada sobrenaturalmente a ese plan. Él declara esta verdad inequívoca: «que anuncio lo por venir desde el principio, y desde la antigüedad lo que aún no era hecho; que digo: «Mi plan permanecerá y haré todo lo que quiero; que llamo desde el oriente al ave y de tierra lejana al hombre de mi plan. Yo hablé, y lo haré venir; lo he pensado, y también lo llevaré a cabo.» (Isaías 46:10-11). Dios está íntimamente involucrado y en control sobre toda Su creación. Más aún, Él declara que hace que todas las cosas ayuden a bien, para aquellos que lo aman y son llamados conforme a Su propósito (Romanos 8:28). Un cristiano que miente en un currículo o aborta a un bebé estaría violentando la ley de Dios y negando Su habilidad para proveer para una familia y preservar la vida de la madre, si Él así lo dispone.

Aquellos que no conocen a Dios, pueden verse obligados a justificar sus medios para un fin, pero los que afirman ser hijos de Dios, no tienen razón en absoluto, para quebrantar alguno de Sus mandamientos, negando su soberano propósito, o trayendo oprobio a Su Nombre

Fuente: GotQuestions.org