Lectura: Jeremías 5:21-31

Si has notado, en juegos profesionales de Tenis hay jueces cuya función es indicar si la pelota se ha ido fuera de los límites, y ahora existe tecnología (Challenge) que sirve para saber si una pelota salió del terreno de juego en casos excepcionales, si esto es así, el jugador a quien se le atribuye perderá ese punto.

En múltiples ocasiones el profeta Jeremías le dijo al reino del sur (Judá), que, si persistía en sobrepasar los límites establecidos por Dios, vendrían problemas.  Incluso usó ilustraciones que todos entendían para explicar su advertencia, en una de ellas les dijo que aun el mar sabe que tiene sus límites y sus orillas, “por decreto eterno que no lo podrá traspasar” (Jeremías 5:22).

Pese a estas advertencias, el pueblo tenía un “corazón obstinado y rebelde” (v. 23).  Esto provocaba que no temieran a Dios, quien permitía que la lluvia llegara a sus cultivos (v.24).  Se habían enriquecido a base de engaños (v.27) y habían ignorado el ruego de los desvalidos (v.28).

Dios nos ha dado límites morales por de medio de su Palabra, para que vivamos acorde con ellos.  No los puso para frustrarnos, sino para que, al vivirlos, podamos tener una existencia más tranquila al alinearnos a ellos.  Es por esto que David escribió lo siguiente: “Conozco, oh Señor, que tus juicios son justos y que conforme a tu fidelidad me has afligido” (Salmo 119:75).  En la misma línea Moisés le escribió a su pueblo: “…que he puesto delante de ustedes la vida y la muerte, la bendición y la maldición. Escoge, pues, la vida para que vivas, tú y tus descendientes” (Deuteronomio 30:19).

  1. Seamos sabios, no pongamos a prueba los límites de Dios, si los rompemos tarde o temprano vendrá la disciplina.
  2. Tomemos decisiones sabias para vivir dentro de los límites marcados en su Palabra.

HG/MD

“Conozco, oh Señor, que tus juicios son justos y que conforme a tu fidelidad me has afligido” (Salmo 119:75).