Lectura: Hebreos 12:12-24

En muchos de los parques nacionales montañosos de nuestros países existen senderos, para que las personas puedan realizar caminatas o dar un paseo en bicicleta.  La forma en que se diseñan estos senderos, busca destacar las rutas más panorámicas del parque o donde sus visitantes puedan admirar su biodiversidad.

Pero para que estos senderos fueran una realidad fue necesario que muchas personas trabajaran arduamente en su diseño y construcción, ya que tuvieron de trazar el sendero, retirar árboles y aplanar la superficie para que la mayoría de las personas pueda transitarlos.

De forma similar, todos los creyentes son constructores de caminos.  Preparamos el sendero de la fe para la próxima generación.  La fidelidad de nuestra vida puede determinar cuán difíciles serán esos senderos para nuevas generaciones.

Para llegar a ser un buen constructor deberemos prestar atención al consejo que encontramos en la Palabra de Dios.  El escritor del libro de Hebreos nos invita a vivir en paz y a ser santos, separados para Dios (Hebreos 12:14), adicional a esto les pide no permitan que las raíces de amargura crezcan y causen problemas (Hebreo 12:15), en este mismo pasaje se nos insta a ser llevar a otros Su mensaje de esperanza.

Todos los hemos decidido seguir a Jesús tenemos una deuda de amor y gratitud, con aquellos que antes de nosotros construyeron “sendas derechas” para nuestro andar en fe (Hebreos 12:13).  A su vez es nuestra responsabilidad el recordar a las siguientes generaciones la necesidad de que ellos sigan compartiendo el mensaje de salvación.

  1. Pongamos en práctica nuestra fe para que seamos ejemplos de que Dios puede hacer por nosotros.
  2. Una vida que se vive para Dios, deja un legado duradero
  3. El amor es un regalo de Dios. Tenemos una deuda de amor y gratitud para con Dios, este debe ser uno de nuestros regalos para Él.

HG/MD

“y enderecen para sus pies los caminos torcidos, para que el cojo no sea desviado sino, más bien, sanado (Hebreos 12:13).