Lectura: Mateo 2:1-2

Como seguidores de Cristo debemos guardarnos de la codicia durante esta época del año.  En una sociedad que ha secularizado la Natividad, eso no es fácil.

Una revista norteamericana informó los resultados de 3 encuestas que indicaban una erosión del significado de la Navidad.  Sólo la tercera parte de los encuestados dijo que lo importante de esta época es el nacimiento de Jesús.

Entonces, ¿qué es lo importante? ¿Los regalos?  Pues el 97% de los encuestados compraba regalos en esta época.

Aunque no sea malo conmemorar el regalo de Dios de Su Hijo, haciendo regalos a los que amamos o a los menos favorecidos, esta agradable acción, puede infectarse de codicia rápidamente.  ¿Todos podemos recordar los juguetes de moda del año pasado?  Algunas personas que habían comprado uno para su hija o nieta, pero desistieron de la idea cuando se enteraron de que podían tener una ganancia considerable al venderlo en una de tantas páginas como eBay, que permiten ofrecer objetos personales a otras personas que tengan interés, pues el juguete se había convertido en tendencia y no habían tantos en el mercado.  O todos conocemos de personas que aunque no lo necesiten en realidad, quieren y desean el último Smartphone.  Compramos la mayoría del tiempo cosas que no necesitamos, pero como otros lo tienen, nosotros no podemos quedarnos atrás de ellos.

Si te encuentras atrapado en la codicia de la Navidad, aparta un momento para sentarte tranquilamente.  En tu mente, camina con los pastores a ver a Jesús recién nacido.  Inclínate ante Él y ofrécele el regalo de tu amor y tu adoración.  Que en este año, en vez de una Navidad de codicia, tengas una Navidad de adoración a Dios.

  1. El egoísmo hace de la Navidad una carga, el amor hacer de ella, un tiempo de amor.

 

  1. Hoy al igual que ayer, el amor de Dios está ahí listo para aceptarte, luego de que reconozcas tu necesidad de Él.

NPD/DCE