Lectura: Isaías 40:25-31

Aunque todavía es oscuro, un coche entra por las puertas de la fábrica. Una figura solitaria camina hacia una puerta trasera, la abre, y da pasos en el interior. Una luz se enciende, y luego otra. Las grandes máquinas  hacen su precalentamiento, el equipo de control de temperatura se enciende, las maquinarias pronto comienzan su acostumbrado tararear.  Alrededor de las 7:00 a.m. la fábrica se llena de vida, con obreros listos para la producción de un nuevo día.

Como seguidores de Jesucristo, podemos experimentar un “encendido” semejante.   Esto debería ocurrir cada mañana.  No podemos estar preparados para un día de productividad espiritual y personal hasta que hayamos pasado por el tiempo “precalentamiento”.  Ya sea por medio la lectura de un  capítulo de las Escrituras o por medio de algunos momentos bien invertidos en la lectura de un devocional, acompañados de una meditación breve sobre lo que acabas de leer y oración, todo ello es necesario, si quieres que el clima espiritual sea el adecuado para el resto del día.

Necesitamos del poder de Dios en nuestros días, aún más cuando pasamos por períodos de vacío, depresión, o las pruebas.  Cuando tenemos sentimientos de desánimo como los citados anteriormente, clamemos a Dios.  Isaías declaró que el Señor  “El da esfuerzo al cansado y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas” (Is. 40:29).

Necesitamos la fuerza del Señor, no sólo para soportar las duras pruebas, sino también para iniciar bien todos los días, llenos de vida como Él lo ha prometido. Cuando nos volvemos a Dios, Él nos dice que: «levantarán alas como las águilas» (v.31).

  1. Vayamos a Él diariamente, para iniciar nuestros motores espirituales.
  2. Para conocer la presencia de Dios, es necesario depender del poder de Dios.

NPD/DCE