Lectura: Lucas 6:37-45

A algunas personas hacen del juzgar a los demás su especialidad. Según algunos registros de la iglesia de los años 1800’s, una congregación en un pequeño pueblo del medio oeste de los Estados Unidos designó a dos feligreses de una iglesia y les dio los títulos de “Apuntador” » y “Despertador”.   Cada uno de ellos tenían una responsabilidad especial en los sermones dominicales.

El deber de “Apuntador” era anotar los nombres de las personas de la congregación que conversaban, no ponían atención, que no cantaban, etc. y reportarlas a los líderes.   La tarea de “Despertador” era sentarse en el coro con un tira frijoles (sin duda la envidia de los niños pequeños) y despertar a asistentes somnolientos con un grano bien dirigido a sus cabezas. ¿Quién querría asistir a esa iglesia?

Jesús advirtió sobre el peligro de señalar las faltas de los demás. Dijo que las personas con vigas en los ojos no deben tratar de eliminar las vigas de los ojos de otras personas. Él desafió a sus oyentes a elegir la humildad más que la hipocresía y aplicarse siempre la verdad a sí mismos, antes de señalar las faltas en los demás.

¿Qué quiere la gente encontrar en nuestras iglesias hoy en día?  ¿A personas que se especializan en hacer notar los defectos por mínimos que sean de otros?  ¿O a personas que realmente toman nota de lo que se habló y cantó ese día, y que reconocen que están en un proceso de maduración?

  1. ¿Qué tipo de personas eres: “Apuntador” » o “Despertador”?  ¿O alguien que realmente quiere cambiar y aprender de Dios cada día?
  1. Sé paciente con las faltas de los demás; ellos tienen que ser pacientes con las tuyas.

NPD/JY