Lectura: Apocalipsis 21:1-5

Cuando Mindy Bryant fue en los años 90’s a Karagandá para un viaje de misiones de corto plazo, y descubrió que hace honor a su apodo, “la ciudad donde nadie sonríe”.  Ella vio la desesperanza y la dureza en los rostros de aquellos que vivían en ella, esta es una importante ciudad en Kazajistán, la cual había formado parte de la antigua Unión Soviética.

De todas las víctimas del sistema comunista, tal vez Karagandá fue la que sufrió más.  En sus calles se respira el soborno y la corrupción la cual toca todos los aspectos de la sociedad.  En esos momentos los empleos eran pocos, el dinero era escaso, había poca comida y medicinas disponibles, y las tiendas estaban vacías y tenían una alta migración. Nadie, incluyendo a los líderes gubernamentales, sabían qué hacer para salir de esos  problemas.  Era una ciudad sin esperanza. No era de extrañar que parecía que nadie sonreía!

Pero Mindy descubrió que había algunas personas que vivían en Karagandá que sonrían. Sus rostros reflejaban la alegría que había en sus corazones porque habían confiado en Jesucristo. Sabían que iban a vivir para siempre con el Señor en el lugar que se está preparando para ellos, por lo tanto tenían y tienen esperanza.

1. ¿Qué hay de tu ciudad? A pesar de que su gente tiene trabajo, alimentos y bienes en abundancia, muchos probablemente no están sonriendo porque no tienen esperanza en Cristo. Tal vez la alegría en tu vida y tus palabras, puedan llevar a algunos de ellos a la salvación y darles un motivo para sonreír.

2. La esperanza en el corazón, pone una sonrisa en la cara.

NPD/DCE