Lectura: Salmos 59

La ciencia sigue buscando maneras de reducir el sonido. Uno de esos intentos han sido los “antisonidos”, por medio de los cuales las ondas de sonidos se anulan mutuamente. Las frecuencias controladas cuidadosamente se usan para equilibrar y por tanto “eliminar” el ruido indeseado.

Esto tiene un interesante paralelismo en la Biblia. Los hombres de Dios aprendieron hace mucho tiempo a combatir una clase diferente de contaminación por sonido. En Salmos 59 David describe las amenazadoras voces de sus enemigos, comparándolas con perros que ladran y gruñen (Sal.59:14-15), queriendo decir que sus palabras eran amenazadoras y groseras en contra de ellos.

Sin embargo David encontró alivio al usar el “antisonido” de la alabanza al Señor (Salmos 59:16-17). Descubrió que la molestia producida de parte de enemigos impíos, podía reducirse cantando acerca del poder de Aquel que da fortaleza, protección y esperanza a los que tienen comunión con Él.

¿Te has encontrado como David el salmista, angustiado por las toscas palabras y el lenguaje crudo de la gente que te rodea? No dejes que esto te afecte. Centra tus pensamientos y palabras en el poder de Dios. Recuerda Su fortaleza, amor y misericordia.

1.Disipa el ruido del mundo a tu alrededor, con la alabanza que sale de tu propio corazón.

2.La alabanza a Dios puede acallar el ruido del mundo, tan sólo tienes que centrar tu atención en Dios.

NPD/MRD