Lectura: Marcos 9:30-37

Se dice que cuando Mike Peters ganó el premio de periodismo gráfico Pulitzer por sus tiras cómicas describió su reacción de esta forma: “Es como cuando uno está dormido, y son las dos de la mañana y uno está abrazando la almohada, tiene puesto una pijama fea, y alguien entra por la puerta y empieza a zarandearlo diciendo: “¡Despierta, despierta! Y uno dice: “¿Qué pasa?” Y la persona te dice: “¡Ganaste el Maratón de Boston!” Y uno dice: “Pero yo no participé en el Maratón de Boston.”  Y la persona te dice: “No importa, de todas maneras ganaste”.

Podemos encontrar al menos un elemento en común en la analogía de Mike Peters y el relato de Marcos 9.  Jesús enseñó que en el cielo habrá algunas sorpresas.  La conducta que merecerá honor y gloria será aquella que fue natural, transparente y no competitiva.

Por ejemplo, tomemos la sencilla ilustración de recibir a un niño en el nombre de Jesús. Él se refería a tener una actitud de servicio humilde, a estar dispuestos a acercarse a las personas más modestas para mostrarles el amor de Cristo.  Actos tan simples como ese merecerán recompensa.

Si, muchos de los hijos e hijas de Dios se sorprenderán al descubrir que por su servicio fiel y desinteresado recibirán altos honores.

  1. El trabajo para Cristo bien hecho, recibirá un “bien hecho” de Cristo.
  1. ¿Qué estás esperando? Cumple con tu tarea, lleva el amor de Cristo, a los que le están necesitando.

NPD/MRD