Mártires de la Fe

Entre los años 1543 y 1568 , se dio  una terrible persecusión contra los protestantes de los Paises Bajos entre las muchas historias se esa época nos encontramos con la de Wendelinuta, una piadosa viuda protestante, fue prendida por causa de su religión, y varios monjes intentaron, sin éxito, que se retractara. Como no podían prevalecer, una dama católica romana conocida suya deseó ser admitida en la mazmorra donde ella estaba encerrada, prometiendo esforzarse por inducir a la prisionera a abjurar de la religión reformada. Cuando fue admitida a la mazmorra, hizo todo lo posible por llevar a cabo la tarea que había emprendido; pero al ver inútiles sus esfuerzos, dijo: «Querida Wendelinuta, si no abrazas nuestra fe, mantén al menos secretas las cosas que tú profesas, y trata de alargar tu vida.» A lo que la viuda le contestó: «Señora, usted no sabe lo que dice; porque con el corazón creemos para justicia, pero con la boca se hace confesión para salvación.» Como rehusó rotundamente retractarse, sus bienes fueron confiscados, y ella fue condenada a la hoguera. En el lugar de la ejecución, un monje le presentó una cruz, y la invitó a besarla y a adorar a Dios. A esto ella respondió: «No adoro yo a ningún dios de madera, sino al Dios eterno que está en el cielo.» Entonces fue ejecutada, pero por mediación de la dama católica romana antes mencionada, le fue concedido el favor de ser estrangulada antes de ponerse fuego a la leña.

Fuente: El libro de los Mártirez, por Jhon Foxe.