Lectura: Salmo 34:4-18
Un buen amigo estaba pasando por situaciones complicadas tanto en su trabajo como en su casa. Cuando nos encontramos para conversar sobre el tema, le dije que me sentía muy frustrado pues no podía ayudarlo debido a que las situaciones escapaban de mi conocimiento y capacidad.
Entonces, él se me quedó viendo y me dijo: “Tan solo necesito saber que estás ahí”. Y eso fue lo que hice. Luego de eso oramos una vez más por las situaciones que estaba pasando, y algunos meses después todo empezó a solucionarse gracias a la misericordia de Dios.
La mayor parte del tiempo se nos hace muy difícil saber cómo debemos actuar ante el sufrimiento de otros; es una situación de por sí incómoda ya que en algunas ocasiones las palabras hacen más mal que bien, por lo que servir a los demás exige que los comprendamos y averigüemos qué les hace falta.
A menudo, podemos ayudarlos ocupándonos de sus necesidades materiales, pero una de las mejores formas de animar no tiene nada que ver con lo material; realmente quienes están pasando por una situación complicada, en muchas ocasiones lo que quieren es que alguien se siente a su lado, los escuche y ore con ellos.
Es un alivio recordar que Dios está cerca cuando lo invocamos. “Clamaron los justos, y el Señor los oyó; los libró de todas sus angustias. Cercano está el Señor a los quebrantados de corazón; él salvará a los contritos de espíritu”, declaró el salmista (Salmo 34:17-18).
- Seamos compasivos de corazón, ayudemos cuando podamos, sentémonos al lado de los que sufren, estemos cerca de ellos, no hace falta hablar mucho, tan sólo acompañarlos en oración exponiendo sus necesidades ante el Señor.
- Ora mucho para que, en el momento oportuno, el Espíritu Santo sea quien te guie en las palabras que debes decir a quienes están pasando por dificultades.
HG/MD
“Cercano está el Señor a los quebrantados de corazón; él salvará a los contritos de espíritu” (Salmo 34:18).
0 comentarios