Lectura: Jeremías 2:4-13

¿Qué sucede cuando una persona abandona su fe en Dios?  Los casos difieren uno del otro claro está, pero la mayoría de las personas que renuncian a su fe, confiesan sentir un vacío interior.  Las personas que experimentan ese vacío, sienten que deben llenarlo de alguna manera.  Inevitablemente, recurren a un sustituto de Dios.

Casi todo puede “servir” de sustituto de Dios: los deportes, el arte, el sexo, la música, el trabajo, el juego, el robo, las drogas, el alcohol, salvar la naturaleza, ayudar a los desvalidos, la televisión, e incluso otra persona.

El criminal de guerra Joseph Goebbels menospreció la crianza religiosa que recibió, la cual le enseñó acerca de Cristo.  Más tarde dijo: “no importa lo que creamos con tal de que creamos en algo”.  Para Goebbels ese “algo” era realmente “alguien”.  El sustituto de Dios para él fue nada menos que el asesino Adolfo Hitler.  Cuando Hitler finalmente cayó y fue derrotado.  Goebbels mató a su familia y se mató él.

Dios le habló al pueblo de Judá por medio del profeta Jeremías y dijo: “Pues mi pueblo ha cometido dos maldades: me ha abandonado a mí, la fuente de agua viva, y ha cavado para sí cisternas rotas,  ¡que jamás pueden retener el agua! (Jer.2:13).  Se habían vuelto del verdadero Dios a sustitutos de Dios que nada valían.

Abandonar a Dios significa que corremos el riesgo de estar “desolados (consternados, afligidos)” (Jer.2:12).  Pero la obediencia a Cristo produce una realización plena que da vida, paz y esperanza.

  1. El que trata de abandonar a Dios podría encontrarse con que Dios va a dejar que esto suceda.
  2. Piénsalo muchas veces antes de tomar esta decisión, el problema no está en Dios, está en ti.  Ese vacío el único que puede llenarlo es Dios.

NPD/VCG