Lecturas: Mateo 8:24-27, Marcos 4:37-41, Lucas 8:23-25

 

Jesús va a iniciar su entrenamiento con el equipo de liderazgo, sobre cómo alcanzar a personas que son muy diferentes a ellos.  Así que subió a la barca, con su almohada en mano y le dijo a su equipo que navegaran al otro lado del lago.  Les solicitó que se dirigieran a una cuidad pagana de la zona de Decápolis (en griego “10 ciudades”).  Otras barcas fueron con ellos también (Marcos 4:36).  Jesús tomó su almohada y fue a la popa, que es la parte trasera de la barca.  Él se quedó dormido mientras navegaban hacia su destino.  Él esperaba que su equipo de liderazgo lo obedeciera y se dirigieran hasta el otro lado mientras descansaba en paz.  ¿Alguna vez has estado tan cansado que dormiste en una tormenta?  Pues, Jesús lo hizo.  Sin ningún aviso, vino una tormenta muy fuerte en el lago.  Tanto así que las olas inundaban la barca.

 

El equipo de liderazgo decidió que era momento de despertar a Jesús.  Me imagino que ellos pensaban sobre cómo Jesús podía dormir en ese momento, si estaba a punto de inundarse la barca.  Ellos le dijeron a Jesús: “¡Señor, sálvanos, que nos vamos a ahogar! ¡Maestro, Maestro, nos vamos a ahogar!”  Mientras las olas golpeaban la barca, Jesús les dice: “Hombres de poca fe, ¿por qué tienen tanto miedo?”  Jesús se levantó y reprendió los vientos y las olas, diciéndoles: “¡Silencio! ¡Cálmate!”  Inmediatamente le obedecieron.  La creación siempre obedece al creador.  Quien creó los vientos y las olas les dijo que se calmaran y así lo hicieron.  Un milagro doble, los vientos y las olas se detuvieron.  Usualmente cuando los vientos se calman, las olas continúan por unas horas.  No esta noche.

 

Jesús se vuelve hacia sus líderes y les dice: “¿Dónde está la fe de ustedes? ¿Por qué tienen tanto miedo? ¿Todavía no tienen fe?”  Ellos lo miraron horrorizados y dijeron: “¿Quién es éste, que manda aun a los vientos y al agua, y le obedecen?”

 

  1. Las tormentas de la vida vienen por muchas razones, pero algunas llegan porque desobedecemos al Señor y no cruzamos al otro lado. Las tormentas son un regalo de parte de Dios para incrementar nuestra fe.  Dios nos quiere mostrar que Él es el Señor de los vientos y las olas.

 

  1. ¡Jesús el Señor de la tormenta!

 

SL/ME

Jesús: Señor del Viento y las Olas.  “Los discípulos no salían de su asombro, y decían: «¿Qué clase de hombre es éste, que hasta los vientos y las olas le obedecen?” -Mateo 8:27

Este devocional forma parte del estudio anual cronológico de la vida de Jesús: La Vida de Jesús, el cual llega a ustedes en alianza con Sonlife Classic