Lectura: Hebreos 5:12-6:2

No sé si te ha sucedido, pero en ocasiones el doctor recomienda una dieta blanda, por lo que no tienes otra opción que volver a comer “comida para bebés”.

Los bebés no tienen otra opción de comida, pues no tienen dientes.  Esta comida es buena y la disfrutas por unos pocos días, pero tan pronto te recuperas vuelves a comer una deliciosa comida normal, dependiendo de tus gustos.

Lo triste es que algunos creyentes se han conformado con la comida para bebés espirituales.  Incomprensiblemente disfrutan de repetir una y otra vez las verdades más sencillas de las escrituras y no quieren profundizar en su fe (Hebreos 6:1-2).  No quieren esforzarse ni complicarse con verdades más profundas y con pasajes bíblicos más complicados, por lo que carecen de entendimiento y de convicciones basadas en las Escrituras, las cuales les ayudarían a tomar decisiones acordes con su fe (Hebreos 5:13).  Y esto no tiene ninguna relación con la edad, ya que algunos de estos “bebés espirituales” son adultos mayores o personas que han sido cristianas por muchos años.

Indiscutiblemente, igual que un niño a medida que crece requiere de alimentos sólidos que le dan los nutrientes y la fuerza, los creyentes debemos superar la etapa infantil de forma muy rápida, para crecer en nuestra fe apropiadamente.

  1. La forma en la cual vives tu fe públicamente, es evidencia de la clase de alimento espiritual que estás ingiriendo.
  2. Las cualidades del carácter se van desarrollando con los años, y con el tiempo la madurez se mostrará en las decisiones que tomas.

HG/MD

“Pero el alimento sólido es para los maduros; para los que, por la práctica, tienen los sentidos entrenados para discernir entre el bien y el mal” (Hebreos 5:14).