Lectura: 1 Reyes 10:4-10

Hace un par de días tuvo lugar la ceremonia de los juegos olímpicos en Tokio, Japón.  Como siempre, este tipo de actos inaugurales tratan de mostrar al mundo un poco de la cultura, características y poder del país donde se realizan.  La ceremonia contó con juegos de luces, espectáculos de artistas y en particular un increíble acto con la participación de más de 1800 drones formando diferentes imágenes; la más sorprendente fue un mundo trazado con las luces de los drones, tratando de impresionar con esto a los que lo veían, mostrando el grado tan elevado de tecnología con el que cuenta ese país.

En nuestra lectura devocional, también vimos como la reina de Saba estaba impresionada con lo que presenció al visitar a Salomón (1 Reyes 10:4-5).  Su visita la impresionó tanto que dijo lo siguiente: “Yo no creía las palabras hasta que vine, y mis ojos lo han visto. Y he aquí que no se me había contado ni la mitad. En sabiduría y en bienes tú superas la fama que yo había oído” (v.7).  Estaba convencida de que los súbditos del rey estaban felices por que continuamente lo escuchaban (v.8), y terminó su discurso alabando a Dios, recociendo que Él había puesto a Salomón para guiar sabia y justamente a su pueblo (v.9).

Al ver el impacto que tuvo Salomón sobre su pueblo y sobre los que eran testigos de su sabiduría, me hace pensar con respecto a nuestro testimonio y su impacto en quienes nos rodean, sean seres queridos o personas fuera de nuestra familia con los que tenemos contacto, en nuestros trabajos, centros de estudios, amigos, conocidos, vecinos, entre otros. ¿Estamos tratando de impresionar a otros por nuestras posesiones y “sabiduría”? ¿Estamos tratando de mostrarles la diferencia que Dios puede hacer en una persona que está entregada completamente a Jesús?  Que bueno sería si pasáramos más tiempo hablando de lo extraordinario que es Jesús y menos tiempo tratando de impresionar a otros con nuestros logros y pertenencias.

  1. ¿Qué pasaría si cada uno de nosotros hiciera algo hoy para provocar que las personas alaben al Señor?
  2. ¿Estás haciendo algo para que tu vida realmente marque una diferencia positiva, o tan sólo estás haciendo lo mínimo para Dios y disfrutando de las temporalidades de este mundo?

HG/MD

“Así alumbre la luz de ustedes delante de los hombres, de modo que vean sus buenas obras y glorifiquen a su Padre que está en los cielos” (Mateo 5:16).

Crédito de foto: Prensa Libre / AFP.