Lectura: 1 Timoteo 1:12-20


Los autos modernos tienen diversos tipos de alarmas que nos ayudan con los olvidos comunes; por ejemplo, cierran todas las puertas del auto luego de unos cuántos segundos, previniendo un olvido de nuestra parte, otros sistemas cierran todas las puertas luego de empezar a conducir, o apagan las luces del auto luego de unos cuantos segundos de no captar la presencia de las llaves, en otros autos suenan alarmas ruidosas cuando dejan las ventanas abiertas.


Nuestra conciencia también puede funcionar de esta forma cuando pecamos o somos tentados a pecar, nuestra conciencia toca una alarma. Esta alarma es el Espíritu Santo advirtiéndonos antes de que caigamos en pecado.


Cuando hacemos lo incorrecto, ese malestar en nuestro ser proviene de Dios, quien trata de conducirnos al arrepentimiento. Cuando reconocemos nuestro error y nos arrepentimos, Dios nos perdona y limpia nuestra conciencia.


El apóstol Pablo sabía muy bien esto de tener problemas de una mala conciencia. Es por ello que en 1 Timoteo 1:13 dice: “a pesar de que antes fui blasfemo, perseguidor e insolente. Sin embargo, recibí misericordia porque, siendo ignorante, lo hice en incredulidad”. Él recibió la misericordia del perdón de Cristo, la fe y una buena conciencia. Es por esto que instruyó a su discípulo y compañero de misiones Timoteo para que peleara la buena batalla, mantuviera la fe y la buena conciencia.

También le advirtió sobre algunos que habían rechazado su fe y ahora estaban viviendo un naufragio espiritual (1 Timoteo 1:18-19).

  1. Debes estar atento a las alertas en tu vida, presta atención, lucha por preservar tu fe y mantener una conciencia limpia, en ocasiones necesitamos oír sonidos desagradables para entender que estamos cometiendo un error.
  2. Una conciencia tranquila es uno de los mejores amigos que puedes tener

HG/MD


“Pero persiste tú en lo que has aprendido y te has persuadido, sabiendo de quiénes lo has aprendido” (2 Timoteo 3:14).