Lectura: 1 Juan 5:6-15
La tecnología se encuentra presente en la mayoría de los aspectos de nuestra vida, a continuación, te doy tan sólo algunos ejemplos:
¿Requieres información sobre un problema de salud que tienes? Entra a uno de los innumerables sitios especializados y de información confiable que existen en la internet.
¿Necesitas comunicarte con alguien o enviarle un mensaje lleno de diferentes contenidos? Usa una de las innumerables plataformas de mensajería digital que existen.
Pero, no todo es fantástico, muchas veces puede volverse todo un fastidio. Por ejemplo, cierto día tenía que hacer un trámite bancario en línea, por lo que necesitaba ingresar a la plataforma digital del banco, y como digité mal mi contraseña, el sistema bloqueó mi cuenta por seguridad. Otro de esos momentos frustrantes sucedió cuando estaba hablando por teléfono acerca de un asunto importante y en ese momento se terminó la batería; entonces no pude volver a conectarme hasta que tuve acceso a una toma de corriente para recargarla.
Al pensar en este tipo de situaciones, agradezco que la oración no tenga esos problemas, cuando necesito hablar con Dios en oración no necesito preguntas de seguridad ni baterías. Y sobre todo sé que la seguridad y claridad de transmisión es siempre exacta y nunca habrá un malentendido; el apóstol Juan nos reconforta al escribir lo siguiente: “Y esta es la confianza que tenemos delante de él: que, si pedimos algo conforme a su voluntad, él nos oye” (1 Juan 5:14).
- Dios está siempre disponible porque ¡Él nunca duerme!
- Agradece a Dios por su amor para con nosotros, Él siempre está listo para escucharnos.
HG/MD
“He aquí, no se adormecerá ni se dormirá el que guarda a Israel” (Salmos 121:4).
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