Lectura: Job 38:1-15

El paleontólogo Stephen J. Gould (1941-2002) fue un defensor de la teoría de la evolución, tuvo muchos reconocimientos y ocupó importantes puestos en la academia científica estadounidense. Una vez le preguntaron: ¿Por qué estamos aquí?  A lo que respondió de la siguiente manera:

“Existimos porque un grupo extraño de peces tenían una anatomía muy peculiar en sus aletas, las cuales pudieron transformarse en piernas para que de esta forma llegaran a existir las criaturas terrestres; y hay otro hecho, la tierra nunca se congeló totalmente durante la era glacial; haciendo que las especies pequeñas escaparan de África, hace un cuarto de millón de años,  y han logrado sobrevivir hasta nuestros días.  Puede que anhelemos una respuesta más elevada, pero esta no existe”.

Luego de leer la larga declaración de este hombre, podemos compararla con la majestuosa pero concisa afirmación que encontramos en Génesis 1:1: “En el principio creó Dios los cielos y la tierra”.

Si estamos buscando una respuesta más elevada, la encontraremos en Génesis 1; de hecho es la más elevada que podemos encontrar.  Estamos aquí, porque el Señor Todopoderoso hizo que todo existiera de la nada, tal como dice Col. 1:16: “porque en él fueron creadas todas las cosas que están en los cielos y en la tierra, visibles e invisibles, sean tronos, dominios, principados o autoridades. Todo fue creado por medio de él y para él”.

Estamos aquí porque un sabio y amoroso Creador nos amó y diseñó como seres que somos capaces de obedecer, confiar en Él, amarlo y servirle.

  1. ¿Cuál de las dos respuestas aceptas? La primera: que el azar y la casualidad te hizo llegar hasta aquí.  Esta respuesta te llevará irremediablemente a la desilusión y finalmente a la desesperación, pues no hay esperanza alguna en ella.  O la segunda: la respuesta bíblica que nos brinda esperanza de vida y amor eternos.

 

  1. El diseño encontrado en la creación, nos señala al diseñador Maestro.

HG/MD

“Reconozco que tú todo lo puedes y que no hay plan que te sea irrealizable”  (Job 42:2)