Lectura: Salmos 15:1-5

Los seguidores de Cristo son llamados a ser personas íntegras. Han de ser rectos y honestos, “vale más la buena fama que las muchas riquezas” (Proverbios 22:1) y nos enfrentamos a un mundo que está tratando de que seamos todo lo contrario.

En una encuesta a ejecutivos, por ejemplo, una famosa encuestadora estadounidense determinó que el 80% admite que conducía bajo los efectos del alcohol, el 35% sobreestimaba las deducciones fiscales, el 75% tomaba suministros del trabajo para uso personal, y el 78% usaba el teléfono de la empresa para las llamadas de larga distancia personales. Un estudio realizado por la Oficina de Evaluación Tecnológica determinó que un tercio de la factura telefónica del gobierno de EE.UU. se gasta en las llamadas personales.

El robo de tiempo y el ausentismo no autorizado también son delitos comunes en el lugar de trabajo. General Motors informa perder 9% de las horas de los empleados debido al ausentismo y robo de tiempo. Los delitos de cuello blanco en los EE.UU. se estiman en $40 mil millones por año.

El Señor desea que su pueblo actúe de una manera diferente.  Debemos hacer siempre lo que es correcto y decir la verdad (Sal.15:2). La integridad le agrada a Él, y también nos beneficia. Estas cosas nos bendicen más que las riquezas: la libertad de la culpa, un testimonio positivo para Cristo, y una relación íntima con Dios.

1. ¡Un buen nombre es una verdadera posesión, que no tiene precio!

2. En esta navidad piensa en momento en la forma que has actuado durante el año y pregúntate: ¿Estás contento con las cosas que has hecho? ¿Podrías mejorar algunas de tus actitudes y acciones y cómo vas a mejorar?

NPD/DCE