Lectura: Mateo 4:1-11

Imagínate por un segundo una canción con un mensaje tan potente que pueda detener una revuelta en una prisión.  Se cuenta que a un grupo de mujeres quienes se encontraban privadas de libertad, se les había permitido salir de sus celdas para que pudieran oír a un orador invitado.

En medio de la charla, una de las celadoras dio una orden que hizo enojar a cierto número de privadas de libertad y debido a ello empezaron a gritar y amenazar.

La encargada de seguridad que se encontraba en la actividad, solicitó refuerzos, y esa ayuda llegó de una manera inesperada.  En medio de toda aquella agitación y desorden, de repente empezó a oírse una bella melodía y aquella voz empezó a oírse más alto que todo aquel disturbio, la canción decía: “No cedas a la tentación, porque ceder es pecado, cada victoria te ayudará a ganar sobre la tentación”.  Después de un par de minutos de haber empezado la tonada, la calma empezó a apoderarse del salón y sucedió lo impensable, las mujeres que estaban indignadas se unieron y cantaron mientras volvían a sus celdas.

Sin duda, nos ahorraremos muchos problemas al no ceder ante la tentación, no caer ante la ira y el odio nos permitirá manejar mejor nuestras emociones y las consecuencias de su descontrol.  No ceder ante la tentación nos protege de perder el respeto de los demás y de la mentira sobre los hechos.  No ceder ante la codicia nos ayudará a evitar la insatisfacción que inunda nuestros corazones de vez en cuando, y lo más importante es que cuando no cedemos ante la tentación, estamos agradando a Dios.

1. Cuando una tentación viene a nuestras vidas, recuerda que el Señor “no los dejará ser tentados más de lo que ustedes pueden soportar, sino que juntamente con la tentación dará la salida, para que la puedan resistir” (1 Corintios 10:13).

2.    Si quieres escapar de la tentación, huye en dirección a Dios.

HG/MD

“No les ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, quien no los dejará ser tentados más de lo que ustedes pueden soportar, sino que juntamente con la tentación dará la salida, para que la puedan resistir.” (1 Corintios 10:13)