Lectura: Proverbios 9:1-18

Hace un buen número de años leí un interesante artículo sobre el cáncer, el cual fue redactado por un investigador médico quien era descrito como una persona de difícil temperamento, pero con una enorme facultad de traer a la vida nuevas ideas y con la capacidad de hacer uso de cualquier información que le llegara a sus manos.  Sin embargo; lo que más me impresionó de él, fue una declaración no muy común, especialmente viniendo de un investigador médico, mediante la cual reconocía que sus teorías podían tener errores.

Un investigador asociado dijo: “El doctor nunca se casa con sus hipótesis, por lo que no pasa por los dolores del divorcio, cuando una de ellas está equivocada”.

No estamos hablando de falta de compromiso, como algunos pueden estar pensando, Proverbios 9 pone un gran énfasis en la disposición de ver el error cometido y admitirlo. Describe a un hombre sabio como alguien que quiere aprender de sus errores, y que al ser cuestionado, evita la tentación de cerrarse y apertrecharse bajo su coraza de seguridad.  En cambio, la corrección se convierte en un amigo fiel y en un medio necesario para la mejora, tal como lo dice el verso 9: “Da al sabio, y será más sabio; enseña al justo y aumentará su saber”.

Por otro lado,  nos hace una advertencia: “No reprendas al burlador porque te aborrecerá; corrige al sabio y te amará” (Prov.9:8);  ello debido a su ego inflado,  el cual le impedirá escucharte cuando le digas que él ha cometido un error.

Tenemos la obligación de seguir el camino de la sabiduría, dando atención a las palabras de reprensión. ¡Para ser verdaderamente sabio, hay que recordar que muchas veces nosotros también hemos actuado neciamente!

  1. Si la crítica viene a tu puerta, escúchala y analízala; puede ser que venga acompañada por la verdad de Dios.
  2. El que se niega a escuchar las críticas, no tiene la oportunidad de aprender de ellas.

MD/HG

“El principio de la sabiduría es el temor del Señor,  y el conocimiento del Santísimo es la inteligencia.” (Prov.9:10)

Este devocional forma parte del estudio – Proverbios: Sabiduría Divina para la Vida Diaria.