Lectura: Deuteronomio 29:10-29

En un servicio, luego de leer un pasaje de las Escrituras, el predicador cerró la Biblia, se quitó los anteojos y dijo lo siguiente: “En esta mañana pretendo explicar lo inexplicable, averiguar lo indefinible, ponderar lo imponderable y sondear lo insondable”. 

Esta declaración que sorprendió a su audiencia, también debería sorprendernos a nosotros, pues en el libro de Deuteronomio 29:29 se nos advierte sobre el principio de que Dios mantiene para sí algunos secretos: “Las cosas secretas pertenecen al Señor nuestro Dios…”, como por ejemplo cuando regresará (Hechos 1:6-11). En este pasaje Moisés le recordó a una nueva generación de israelitas, el pacto que Dios había establecido con su pueblo para llevarlos a una Tierra Prometida (Deuteronomio 29:13).  Dentro de su discurso, Moisés también les advirtió que si desobedecían serían desarraigados de su tierra (29:25-28). No debían especular con respecto a su futuro, por el contrario, debían concentrarse en el hoy, viviendo una vida que agradara a Dios, obedeciendo sus estatutos.

En verdad no debemos preocuparnos por las cosas secretas de nuestro Dios, pues Él es sabio y perfecto, al contrario de nosotros es infinito, sabe lo que nos conviene y tiene un plan para nuestra vida.  Por lo tanto, a pesar de que no nos brinde todas las respuestas que queremos conocer, nos ha revelado la manera por medio de la cual podemos empezar a conocerlo mejor: oración, lectura, estudio de la Biblia y convivencia con otros que desean seguirlo, al hacer esto tendremos la sabiduría revelada por Dios para vivir confiándole nuestro futuro.

1. Aunque sintamos que aún tenemos muchas preguntas, podemos estar seguros de que Dios tiene el control y que sus secretos nunca serán para perjudicarnos (Romanos 8:28).

2. Podemos confiarle al Dios Todopoderoso y Omnisciente nuestro futuro desconocido.

HG/MD

“Y sabemos que Dios hace que todas las cosas ayuden para bien a los que lo aman; esto es, a los que son llamados conforme a su propósito” (Romanos 8:28)