Lectura: 1 Juan 5:1-5

Las cicatrices nos recuerdan eventos en nuestra vida; por ejemplo, quien aprendió a conducir bicicleta tendrá unas cuantas cicatrices que le recuerdan ese proceso de aprendizaje; y también recordará a la mamá limpiando sus heridas mientras que el papá o hermano mayor, enderezaba las llantas.  En tanto esto sucedía, nos decían que lo acontecido no era nada, que nos levantáramos y nos montáramos de nuevo en la bicicleta, para superar aquel evento.  Ahora que somos mayores, comprendemos la importancia que tuvieron este tipo de incidentes, mediante los cuales aprendimos a enfrentarnos a los problemas de la vida diaria.

También, el Señor nos dio la base para tener buen ánimo y confianza, recordemos lo dicho en Juan 16:33: “…en el mundo tendrán aflicción, pero ¡tengan valor; yo he vencido al mundo!”  Esto lo logró gracias a su muerte y resurrección.

Jesús, nos dice que es posible la victoria frente a la adversidad.  Pablo lo expresó de la siguiente manera: “Más bien, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó” (Rom.8:37) y Juan lo expresó de la siguiente forma: “Porque todo lo que ha nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo: nuestra fe” (1 Juan 5:4).

  1. ¿Cómo estás enfrentando las pruebas de la vida? Recuerda lo que Jesús nos dijo: “¡tengan valor; yo he vencido al mundo!”
  1. Podemos enfrentar las pruebas debido a que Cristo está con nosotros.

HG/MD

“Les he hablado de estas cosas para que en mí tengan paz. En el mundo tendrán aflicción, pero ¡tengan valor; yo he vencido al mundo! Juan 16:33