Lecturas: Mateo 8:28-34, Marcos 5:1-20, Lucas 8:26-39

 

Luego que Jesús calmara los vientos y las olas, le dijo a su equipo nuevamente que navegaran a la región de los Gerasenos.  Ellos atracaron cerca del pueblo de Gergesa.  Gergesa era un pueblo sobre una pequeña colina cerca del lago de Galilea.  Era un pueblo pequeño, no estaba largo de la gran cuidad de Hipos. Hipos era una cuidad grande, sobre una colina más grande y era una de las diez ciudades griegas que componían Decápolis.  Cuando ellos llegaron, era la mañana y los granjeros sacaron a sus cerdos.  Los cerdos estaban pastando en la ladera, no lejos del cementerio del pueblo.

 

Cuando Jesús llegó, salió de la barca.  Cuando estaba en la orilla, salieron dos hombres desnudos, endemoniados de las tumbas y llegaron corriendo hacia Él.  Ellos eran tan violentos que nadie podía pasar por allí.  Jesús había escogido este momento y lugar para continuar el proceso de entrenamiento.  Se acercaba el tiempo en que Jesús los va a enviar de dos en dos a predicar las Buenas Nuevas.  Jesús sabía que cuando ellos salieran a predicar, que serían confrontados por las fuerzas de la oscuridad.  Por esta razón era muy importante enseñarles como confrontar y manejar el mundo demoniaco.

 

Podemos aprender mucho de esta confrontación acerca del enemigo y como opera.  El enemigo ama   aislarnos, despojarnos de toda esperanza, encadenarnos al tormentoso pecado y nos hace vivir en el cementerio de nuestros errores pasados.  PERO, un día llegó Jesús a liberarnos de la esclavitud de Satanás, del pecado y de nosotros mismos.  Nos revela al Padre y da libertad a los prisioneros.  Para poder ser libre, todo lo que tienes que hacer es ponerte sobre tus rodillas.   Así como este hombre lo hizo frente a Jesús.  Sé humilde y di: “Señor Sálvame!”  Jesús te lleva a una relación personal con el Padre, te viste de su justicia, te da esperanza de vida eterna con Él y te libera de la esclavitud.  Luego Él dice: “Vete a tu casa, a los de tu familia, y diles todo lo que el Señor ha hecho por ti y cómo te ha tenido compasión.”

 

Jesús le está enseñando a su equipo de liderazgo que la clave en la lucha contra las tinieblas, es una relación constante y creciente con Dios el Padre.  Mientras ellos vayan a Él, Él los va a vestir con justicia, darles esperanza de vida eterna y liberarlos de la esclavitud de Satanás, el pecado y de ellos mismos.

 

  1. Comparte con alguien hoy como Jesús te liberó y como Él los puede liberar también.

 

  1. Recuerda, todos necesitamos un relación constante y creciente con Dios. Ora, lee y estudia Su Palabra y ten comunión con personas que también quieran hacer Su voluntad.

 

SL/ME

Jesús: Hijo del Dios Altísimo.  “¿Por qué te entrometes, Jesús, Hijo del Dios Altísimo?” -Marcos 5:7

Este devocional forma parte del estudio anual cronológico de la vida de Jesús: La Vida de Jesús, el cual llega a ustedes en alianza con Sonlife Classic