Lectura: Proverbios 20:7-17

La boca llena de arena y no hablamos de un cangrejo.  ¡Qué desagradable sensación debe ser esa! Proverbios 20:17 nos expone a un hombre que empezó a comer un pedazo de pan que había obtenido por métodos deshonestos,  sin embargo luego descubrió que su boca estaba llena de arena.

Yo sé lo que se siente. Hace un tiempo me senté en una silla cómoda, tome unos cuántos cacahuates (maníes) en mi boca, y me puse de mascarlos. De repente mis dientes crujieron con algo más que un cacahuate.  Como un rayo, una punzada de dolor atravesó mi boca. ¡Escupí los cacahuates, y he encontré con un guijarro y con un pedazo de diente roto que lo acompañaba!

Salomón usó estas imágenes para hablar del pan del engaño. Esperar que el pecado no sea castigado es una ilusión.  El que no vive más que para el placer y el disfrute temporal, se encontrará al final con sólo un bocado de arena en su boca.

Las prácticas oscuras y los métodos cuestionables en los negocios, pueden parecer que pagan en el momento, pero luego no traen nada más que lamentos.

En agudo contraste, dijo Salomón: “Justo es quien lleva una vida sin tacha; ¡dichosos los hijos que sigan su ejemplo!” (Proverbios 20:7).  Si vivimos con la verdad en vez de con engaños, no vamos a terminar con la boca llena de arena.

  1. No quieres terminar con la boca llena de arena, entonces no comas arena.
  1. La última víctima de un mentiroso es él mismo.

NPD/MDH