Lectura: Santiago 4:13-17

En su libro Eight Men Out (Ocho hombres fuera), Eliot Asinof registra los eventos que rodean al famoso escándalo de los “Medias Negras” de 1919. Ocho miembros del club de beisbol de los Medias Blancas de Chicago fueron acusados de aceptar sobornos de jugadores de apuestas a cambio de perder deliberadamente la Serie Mundial. Aunque nunca fueron declarados culpables en una corte de justicia, los ocho fueron suspendidos del beisbol de por vida.

Pero uno de esos jugadores, Buck Weaver, afirmó que había jugado a ganar a pesar de saber acerca de la conspiración. Aunque la actuación de Weaver en el campo sustentó su disputa, el comisionado de beisbol, Kenesaw Mountain Landis, falló que cualquier jugador que tenía conocimiento del escándalo, y sin embargo eligió no haberlo detenido, seria suspendido de todos modos. Weaver no fue castigado por hacer lo malo, sino por no hacer lo correcto.

En su carta a la iglesia del primer siglo, Santiago escribió, “A aquel, pues, que sabe hacer lo bueno y no lo hace, le es pecado” (4:17). En un mundo lleno de maldad y tinieblas, los seguidores de Cristo tienen la oportunidad de hacer brillar su luz. Eso a menudo significa que debemos resistir el impulso de no hacer nada.

Al enfrentarnos con la elección entre hacer lo bueno y no hacer nada en absoluto, siempre debemos elegir hacer lo correcto.

1. ¿Te ha pasado que alguna vez, una situación similar a la narrada en la historia, que por hacer lo correcto terminas en problemas, aprendiste algo sobre toda esa situación?

2. ¿Por qué crees que caemos ante la tentación de seguir el camino más sencillo, el cual no necesariamente es el correcto?

NPD/WEC