Lectura: Isaías 9:1-7

Martin Niemoller (1892-1984), era un ministro alemán quien pasó casi ocho años en campos de concentración nazis porque se oponía abiertamente a Hitler.

En la víspera de la Navidad de 1944, estando preso en el terrible campo de concentración Dachau, muy cerca de Múnich, compartió estas palabras de esperanza con sus compañeros: “Mis queridos amigos, esta Navidad […] busquemos en el bebé de Belén a aquel que vino para soportar con nosotros todas las cargas que nos abruman […]. ¡Dios mismo construyó un puente hacia nosotros! ¡Un amanecer de lo alto nos ha visitado!”.

Es increíble cómo las buenas noticias de Dios, en Cristo, nos buscan donde estemos y cierran la brecha que nos separa de Él, inunda de luz nuestras prisiones de oscuridad y levanta la carga de tristeza, culpa o soledad que nos agobia.

Aquella Navidad en la cárcel, Niemoller compartió esta buena noticia: “Del resplandor que rodeó a los pastores, un rayo brillante caerá en nuestra oscuridad”. Sus palabras posiblemente fueron inspiradas en lo dicho por el profeta Isaías: “El pueblo que andaba en tinieblas vio una gran luz. A los que habitaban en la tierra de sombra de muerte, la luz les resplandeció” (9:2).

  1. Sin importar el lugar donde te encuentres, ¡Jesús está presente en este mundo oscuro con su gozo y su luz!
  2. Permite que su luz lleve y brinde la paz que necesita tu alma.

HG/MD

“El pueblo que andaba en tinieblas vio una gran luz. A los que habitaban en la tierra de sombra de muerte, la luz les resplandeció” (Isaías 9:2).