Lectura: Gálatas 6:6-10

Un amigo que trabajaba en un ministerio de la iglesia, me contó un sueño que tuvo, en el cual golpeaba un trozo de duro granito con un martillo y un cincel, su trabajo consistía en romperlo en trozos pequeños, pero por mucho que lo intentaba no lo lograba; desilusionado al fin decidió darse por vencido.

En ese momento apareció en su sueño una persona a la que no conocía y quien le dijo: “¿No ha recibido usted las órdenes específicas para hacer ese trabajo?  Su trabajo es dar lo mejor de usted mismo sin importar el resultado.”   Entonces, en el sueño, con una determinación renovada mi amigo levantó nuevamente su martillo y cincel, y con una fuerza extraordinaria dio un golpe que rompió en mil pedazos el granito.  Ya se había dado por vencido y tan sólo faltaba un solo golpe certero para cumplir con su trabajo, tal como lo dice Colosenses 1:28-29: “A él anunciamos nosotros, amonestando a todo hombre y enseñando a todo hombre con toda sabiduría, a fin de que presentemos a todo hombre perfecto en Cristo Jesús.  Por esto mismo yo trabajo, esforzándome según su potencia que obra poderosamente en mí”.

El Señor desea que como sus hijos e hijas, trabajemos con un ánimo duradero para cumplir el propósito que Dios nos ha dado, crecer en su conocimiento, servir a otros y compartir la esperanza que tenemos; esta es una tarea que no es fácil de cumplir, y aunque en algunos casos nos parezca casi imposible de cumplir, hemos de permanecer firmes, sabiendo que el Señor siempre estará a nuestro lado animándonos y fortaleciéndonos para que cumplamos nuestra misión.

  1. ¿Te has cansado en tu servicio para el Señor? ¿Te has sentido tan desilusionado que has querido tirar la toalla?  Recuerda el sueño que te compartimos al inicio, y mejor aún, recuerda la promesa de Dios: “No nos cansemos, pues, de hacer el bien porque a su tiempo cosecharemos, si no desmayamos” Gálatas 6:9
  2. El fracaso no se convierte en derrota a menos que dejes de intentarlo.

HG/MD

“No nos cansemos, pues, de hacer el bien porque a su tiempo cosecharemos, si no desmayamos.” (Gálatas 6:9).