Lectura: Juan 8:25-32

Los estudios han demostrado que hoy día las personas duermen más de lo que creen, y aún se sienten cansadas.  Se dice que, aunque las personas ahora tienen más tiempo que nunca para el esparcimiento, aun siguen diciendo que se sienten estresados, apresurados y cortos de tiempo.

Algunos investigadores llaman a este problema: “exceso de opciones”.  El verdadero problema es la inmensa cantidad de opciones disponibles para entretenerse, y la agotadora realidad de que independientemente de la actividad que escojamos, siempre dejamos algo sin hacer.

Si es la actividad lo que creemos que define nuestra identidad, entonces somos presa del engaño de que “mientras más hacemos, más somos”.  Estamos exhaustos y nosotros mismos somos la causa de ello.

Si nuestro Señor no se hubiese concentrado en hacer la voluntad de Su Padre, Él también hubiera caído en la trampa “exceso de opciones”, pues había miles de personas necesitadas y tareas por hacer.  No obstante, en lugar de estar frenéticamente activo, Jesús estaba muy concentrado en Su plan y estas palabras lo demuestran: “Porque el que me envió, conmigo está. El Padre no me ha dejado solo porque yo hago siempre lo que le agrada a él” (Juan 8:29).

Cada día, Jesús procuraba saber cuál era la voluntad de Su Padre, y es por ello que todas las mañanas se apartaba para hablar con Él (Marcos 1:35; Lucas 5:16).

  1. Hoy, nuestro Padre Celestial también nos invita a concentrarnos en Él, con el fin de obtener la sabiduría y fortaleza necesaria para el diario vivir y para cumplir Su propósito en nuestras vidas.
  2. Si te mantienes enfocado en Dios, verás claramente lo que Él quiere que hagas.

HG/MD

“Porque El que me envió, conmigo está. El Padre no me ha dejado solo porque yo hago siempre lo que le agrada a Él” (Juan 8:29).