Lectura: Hebreos 10:19-25

Las iglesias locales son excelentes lugares para ponerse al día con todo: el deporte, la familia, la política, problemas de salud de los amigos o simplemente para encontrarnos con buenos amigos.

Esto es muy bueno, pero las primeras iglesias neotestamentarias eran más que el mero hecho de socializar, cuando se reunían como hermanos(as) era para animarse, orar unos por otros, para crecer mutuamente en el conocimiento de nuestro Señor y además por supuesto para encontrarse con buenos amigos.

La Palabra de Dios nos dice claramente que hemos de servirnos unos a otros (Gálatas 5:13), perdonarnos como somos perdonados (Efesios 4:32), orar en todo tiempo (Efesios 6:18) y llevar los unos las cargas de los otros (Gálatas 6:2).

Desde el inicio de estas iglesias del primer siglo, las personas se han reunido en el nombre del Señor para apoyarse y estimular en otros la necesidad de llevar su mensaje a quienes aún no lo han escuchado (Hebreos 10:24-25).

Es por ello que tenemos comunión cristiana cuando nos reunimos para encontramos con nuestros hermanos(as), para aprender con ellos, orar por ellos, reconocer nuestros errores, animar al caído y sobre todo alabar a Dios de forma comunitaria.

  1. Entonces, ¿para qué vas a tu iglesia? ¿Para socializar o para tener verdadera comunión?
  2. Estar unidos nos edifica y nos impulsa para seguir adelante.

HG/MD

“Sobrelleven los unos las cargas de los otros y de esta manera cumplirán la ley de Cristo” (Gálatas 6:2)