Lectura: Juan 15:1-14

Tengo varias rosas en mi jardín y estas plantas tienden a crecer mucho, algunas de sus ramas crecen desmedidamente.  Si no las podara, las ramas largas le quitarían toda la fuerza que requieren las flores.  No hay rosal que pueda dar rosas abundantemente, que no necesite ser podado rutinariamente.

El Señor también nos dice que Dios Padre poda constantemente a sus hijos e hijas.  Las vidas más plenas y fructíferas, son aquellas que han sido fortalecidas por medio del doloroso proceso de los problemas y situaciones que ponen a prueba nuestro carácter.

Como creyentes no tenemos el derecho de creer que Dios nos usará, si no ha quitado cosas que obstaculizan nuestro crecimiento en la fe.  Lo que muchas veces vemos como reveses o frustraciones, son tan sólo bendiciones disfrazadas y oportunidades para reinventarnos para el servicio de Dios; y aunque no parezca, son las formas en las que Dios ha escogido mostrarnos su amor y gracia.

Si en lugar de quejarnos pudiéramos de vez en cuando tratar de entender el propósito de los problemas que afrontamos desde el punto de vista de la sabiduría de Dios y Su plan perfecto, podríamos secarnos las lágrimas y alabar a Dios en medio de esas pruebas.

  1. ¿Te están podando hoy? ¿Te han arrebatado lo más querido de tu vida? ¿Se han desvanecido tus sueños? ¿Estás sufriendo a causa de la pandemia?  Este es un buen momento para depositar tu confianza plena en Dios, después de todo, de eso se trata la fe: “Ahora bien, tener fe es estar seguro de lo que se espera; es estar convencido de lo que no se ve” (Hebreos 11:1 – RVC).
  2. Dios es el jardinero de tu vida y cortará lo que no sirva para hacerte más fructífero.

HG/MD

“Toda rama que en mí no está llevando fruto, la quita; y toda rama que está llevando fruto, la limpia para que lleve más fruto” (Juan 15:2).