Lectura: Salmos 119:17-32

Unos amigos disfrutaron de unas vacaciones por tierras europeas y esta fue una de sus vivencias: “Nos alojamos 2 días completos en Chamonix un pequeño pueblo francés situado en el departamento de Alta Saboya, de la región de Auvernia-Ródano-Alpes, y que dentro de sus atractivos es estar a las faldas del famoso Mont Blanc, mas sin embargo, nunca vimos el Mont Blanc, la montaña más alta de la Unión Europea”

“¿Y qué piensas de Mont Blanc?”  Preguntaban otros turistas cuando sabían que habían estado en Chamonix.  No podían responder, debido a que no lo vieron.

“¿Cómo se pudieron haber perdido esa inmensa e impresionante maravilla natural?” Y la respuesta fue: “debido a la niebla persistente”, que había cubierto todo el pico durante su estadía.

Muchas veces podemos estar en medio “de la niebla” cuando tratamos de entender la Biblia. Luchamos y nos ponemos tensos, lo que hace que no podamos ver las verdades preciosas que se encuentran dentro de un pasaje. Incluso en ocasiones pudiera parecer como si Dios las mantuviera ocultas de nosotros.

No te olvides que siempre necesitaremos la ayuda e iluminación del Espíritu Santo. No es Dios quien nos quiere evitar que aprendamos las maravillosas verdades de las Escrituras, sino que es Su enemigo. El diablo sabe que no se puede poner en práctica, lo que no comprendemos.

  1. Necesitamos orar como lo hizo el salmista: » Abre mis ojos, y miraré las maravillas de tu ley.” (Salmo 119:18). Al buscar la guía del Espíritu Santo cada día, Él despejará la niebla para que podamos ver las maravillosas verdades en la Palabra de Dios.
  2. Sin la luz del Espíritu de Dios, vamos a estar en la oscuridad acerca de la Palabra de Dios.

HG/MD

“Hazme entender el camino de tus ordenanzas, y meditaré en tus maravillas” (Salmo 119:27).