Lectura: 2 Crónicas 16:6-13

Este es un año de olimpiadas de verano, y podemos dividir las competencias en dos grandes grupos: las de equipo y las individuales; en estas últimas los atletas participan individualmente para demostrar que son los más enérgicos, ágiles o rápidos, todo con el fin de probar que el atleta ganador es el más fuerte de todos los presentes, tanto mental como físicamente.

Podemos hacer un cierto tipo de comparación con uno de los aspectos de la gloria de Dios, su Omnipotencia.  Pero ¿cómo demuestra Él su fuerza?  Sin duda, que no lo hace reacomodando las galaxias delante de nuestra vista, o cambiando el color del sol a su antojo, ni congelando un rayo como un trofeo a su poder, sino mediante su amor y compasión hacia personas necesitadas como nosotros. Dios escogió “mostrar su poder a favor de los que mantienen hacia él un corazón perfecto” (2 Crónicas 16:9 RVC).

Este patrón es coherente a lo largo de las Escrituras. Desde la división de las aguas del Mar Rojo, pasando por la maravilla del maná en el desierto y el milagro del nacimiento virginal, hasta llegar finalmente al poder de la resurrección, nuestro Dios Todopoderoso ha elegido demostrar su poder para bendecir, preservar y proteger a su pueblo.

  1. Puedes estar seguro de que al Señor le encanta mostrar su fortaleza en los desafíos de la vida. Cuando demuestre su poder a tu favor, ¡recuerda darle la gloria!
  2. Nunca lo olvides, has puesto tu confianza en un Dios Todopoderoso que tiene todo bajo control.

HG/MD

“Porque los ojos del Señor recorren toda la tierra para fortalecer a los que tienen un corazón íntegro para con él. Locamente has actuado en esto, y de ahora en adelante habrá guerras contra ti” (2 Crónicas 16:9).