Lectura: Salmo 51:1-13

Vanessa estaba muy asustada pues el doctor había solicitado que se realizaran más estudios, pero no le había dicho la razón para realizar los exámenes de laboratorio.

Desde hacía algún tiempo ella se había alejado de las cosas de Dios, y ahora mientras esperaba los resultados en la clínica, su corazón se llenaba de angustia, no obstante, a lo lejos pudo escuchar la música de una conocida canción del pasado que a menudo cantaban en la iglesia a la que asistía en su momento y que le gustaba mucho, hablaba de cuán tiernamente nos amaba y cuidaba el Señor, y que su perdón estaba disponible hoy; con tan sólo oír esas palabras la paz de Dios regresó a su corazón en aquella hora amarga de su vida.

Quizás para algunos esta historia pueda resultar demasiado sentimental, pero el mensaje de la Biblia es un mensaje ciertamente de advertencia, pero sobre todo de esperanza para el pecador descarriado.

Cuando un creyente sustituye la voluntad de Dios con la suya, se halla en un estado de alejamiento, fuera de la comunión con el Señor y en una condición nada envidiable. Aunque a veces cedemos ante nuestra naturaleza egocéntrica, Dios siempre está dispuesto a recibirnos de vuelta.

Debido a su “misericordia”, se goza cuando abandonamos nuestros caminos rebeldes, regresamos a Él y le pedimos perdón (Salmo 51:1-2; Lucas 15).  Por cierto, Vanessa ciertamente tenía graves problemas de salud, pero, poco a poco se fue recuperando y entendió gracias a esta prueba, cuánto necesita al Señor a su lado.

  1. ¿Tu mente y tu corazón se han alejado de tu Salvador? Jesús te está llamando y esperando que vuelvas a casa.
  2. Hoy es un buen día para volver a tu hogar, para pedir perdón, para que Él te brinde su perdón, hoy es un buen día para acercarte a Dios.

HG/MD

“Devuélveme el gozo de tu salvación, y un espíritu generoso me sustente” (Salmo 51:10).