Lectura: Mateo 1:18-25

Era el día de Navidad y todas las familias de la iglesia estaban emocionadas; los niños contentos con sus nuevos juguetes y muchos se habían puesto la ropa nueva que les habían regalado la noche anterior.

Sin embargo, ese día había entre ellos una visita, era un joven extraño que tenía unos pantalones vaqueros bastante viejos, una camiseta deportiva que ya había pasado sus mejores días y una gorra desteñida.  Por supuesto, su presencia se hacía notar, algunos y espero que fueran los menos, posiblemente decían dentro de sí, ¿por qué “no respeta” que está en la casa de Dios?

Cuando terminó la reunión el hombre se acercó para presentarse. Cuando le preguntamos cómo se llamaba, contestó: “Emanuel”. Su respuesta nos sorprendió y le preguntamos si sabía qué significaba. Él inmediatamente, respondió: “Sí, ¡Dios con nosotros!”.

Aunque esto fue hace muchos años, siempre viene a mi mente aquel episodio y recuerdo cómo aquel día de Navidad, este hombre apareció en medio de aquel grupo de personas. Tal como Jesús vino a traer la presencia de Dios a nuestro mundo “Emanuel, […] Dios con nosotros” (Mateo 1:23)—, nosotros también somos llamados a hacer lo mismo en nuestro entorno. Jesús lo dejó claro al expresar: “¡Paz a ustedes! Como me ha enviado el Padre, así también yo los envío a ustedes” (Juan 20:21).

  1. En esta Navidad y siempre, podemos regalar a otros la semejanza de Cristo a través de nuestra vida. Cuando reflejamos al Dios que vive en nosotros, podemos diferenciarnos del mundo y mostrarles quiénes somos en verdad, sus hijos e hijas.
  2. Cuando en realidad mostramos a otros la presencia transformadora de Jesús por medio de su amor y su gracia, nuestro impacto es increíble pues verdaderamente estamos mostrando a otros que aquel quien vino hace más de 2000 años, sigue teniendo el control de su plan perfecto y que todavía sigue siendo Dios con nosotros: Emanuel.
  3. Tú también puedes hacer que Dios esté contigo siempre, acepta tus errores y acepta su perdón, luego empieza a caminar con Él cada día.

HG/MD

“He aquí, la virgen concebirá y dará a luz un hijo, y llamarán su nombre Emanuel, que traducido quiere decir: Dios con nosotros” (Mateo 1:23).