Lectura: Juan 5:10-15

En el día de reposo junto a todas las personas enfermas en el estanque, Jesús sólo escoge sanar a un hombre.  Por supuesto que hizo esto estratégicamente y de acuerdo a la voluntad del Padre.   Lo realizó en el día de reposo con un propósito.  A través de este milagro, Jesús va a tener acceso al gran escenario que jamás ha tenido hasta ese momento.  Una plataforma en frente de los líderes religiosos de sus días.

 

Luego de sanar al hombre, Jesús se desaparece entre la multitud que está allí.  Esto ocurrió justo fuera de la Puerta de las Ovejas en el monte del templo.  Los líderes ven a este hombre cargando su camilla y lo detienen.  Lo regañan diciéndole: “Hoy es sábado; no te está permitido cargar tu camilla.”  Este hombre les responde que no es su culpa, ya que quien lo había sanado, le había dicho que hiciese eso. Posiblemente  con gran tono de condena, le ordenaron que les dijeran quién le había dicho que cargara su camilla en el día de reposo.  “¿Quién es ese hombre que te dijo: «Recógela y anda»?”.  Este hombre sabía que Jesús lo había sanado, había mirado su rostro, conversaron, lo comprometió en un dialogo frente a una multitud de testigos.

 

Debió ser el tono de condena que usaron estos líderes religiosos lo que hizo que este hombre quisiera proteger a Jesús.  Encubre a Jesús diciéndoles que no sabe quién le dijo que tomara su camilla y se fuera, algo realmente ridículo.  Si alguien te sana después de padecer por 38 años, pensarías que no sabes quién es, pues yo sí.  Posiblemente lo dejaron ir sin creerle su versión.  Sabemos esto, porque más tarde Jesús encontraría a este hombre y le dice: “No vuelvas a pecar, no sea que te ocurra algo peor”.  La respuesta de este hombre nos muestra cuál es su pecado.  Observa lo que hace: “El hombre se fue e informó a los judíos que Jesús era quien lo había sanado.

 

  1. Este hombre mintió pensando que estaba ayudando a Jesús, salvándolo de la ira de los líderes religiosos. Nunca está bien mentir, aún si piensas que así estás ayudando a Jesús o alguien más.  El mentir, frecuentemente es la forma más fácil de evadir.  Podemos evadir dolor con mentiras a corto plazo, pero el mentir nunca es correcto.

 

  1. Deja de pecar- ¡Di la verdad!” Piensa hoy en Jesús como la Suprema Verdad.

SL/ME

Jesús: La Verdad. “Después de esto Jesús lo encontró en el templo y le dijo:-Mira, ya has quedado sano. No vuelvas a pecar, no sea que te ocurra algo peor.” Juan 5:14.

Este devocional forma parte del estudio anual cronológico de la vida de Jesús: La Vida de Jesús, el cual llega a ustedes en alianza con Sonlife Classic.