Lecturas: Mateo 26:67-68; Marcos 14:65; Lucas 22:63-65.

Aunque en ocasiones quisiéramos omitir estos pasajes por su crueldad, están ahí para recordarnos el precio tan alto que tuvo que pagar Jesús con el fin de obtener nuestra salvación.

Jesús recibe su primera golpiza de parte de los guardias que le retenían; luego de esto vemos la decadencia y bajeza en la que había caído el Sanedrín, como no podían condenarlo a muerte, pues todavía no estaban seguros que pudieran convencer a Poncio Pilato de que debía condenarlo, dieron rienda suelta a su maldad por medio de tres actos terribles:

  1. Le escupieron en la cara, este desagradable acto lo que buscaba era declarar que su rostro era más sucio que el suelo que pisaban.
  2. Le golpearon y abofetearon, al desprecio añadieron el castigo físico que descalificaba su presencia y dignidad.
  3. Le taparon los ojos y le golpeaban diciendo que adivinara quien lo había golpeado, con esto buscaban descalificar su testimonio, dando a entender que era un blasfemo y falso profeta, pues si en verdad era Dios, iba a saber quién le había golpeado.

Todo esto sucedió para empezar a cumplir la profecía de Isaías 53:3 “Despreciado y rechazado por los hombres, varón de dolores, hecho para el sufrimiento. Todos evitaban mirarlo; fue despreciado, y no lo estimamos”.

  1. ¡Cuánto amor y cuánto compromiso nos mostró el Señor, seamos agradecidos por este don inmerecido!
  1. El pecado hace que los seres humanos sin Dios, realicen actos inimaginablemente terribles. La única solución para un corazón destruido y lleno de maldad es Dios, no le desprecies tú también.

MD/HG

Jesús: Despreciado.  “Entonces le escupieron en la cara y le dieron puñetazos, y otros le dieron bofetadas diciendo: ¡Profetízanos, Cristo! ¿Quién es el que te golpeó?” Mateo 26:67-68.

Este devocional forma parte del estudio anual cronológico de la vida de Jesús: La Vida de Jesús, el cual llega a ustedes en alianza con Sonlife Classic.