Lectura: Juan 1:1-14

Múltiples organizaciones han gastado millones de dólares durante bastantes años, en personas, muchos de ellos científicos, quienes nunca han podido entrar en contacto con una civilización extraterrestre.

Algunos de estos científicos esperan que una civilización más avanzada que la nuestra, nos pueda contestar las preguntas que más atormentan a la mayoría de personas: “¿Por qué estamos aquí?, ¿Cómo podemos superar la tendencia de autodestruirnos, debido a la gran carrera que tiene la humanidad de crear cada vez, armas más destructoras?”  Quizás, esa sea la razón por la cual son tan populares los libros y documentales televisivos sobre extraterrestres de todo tipo, desde los que han ayudado a “mejorar” al mundo, hasta los que intentan destruirlo.

Muchas personas buscan la dirección y compañía de un ente superior, pero a su vez esperan que no demasiado alto; por lo general buscan que ese ser sea algo intermedio, alguien con algunos de sus defectos para no sentirse tan mal cuando fallan; este era el concepto que tenían muchas civilizaciones con respecto a sus dioses, por ejemplo, los egipcios, griegos, romanos, entre otros.

Es muy triste que todas estas personas estén buscando en el lugar equivocado, las respuestas a las grandes interrogantes de la vida, cuando todas esas preguntas las podemos hallar en Jesús.  La Biblia nos dice lo siguiente: “Porque hay un solo Dios y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre, quien se dio a sí mismo en rescate por todos, de lo cual se dio testimonio a su debido tiempo” (1 Timoteo 2:5-6).

  1. Jesús nos reveló a Dios y nos abrió la puerta a la vida eterna.
  2. Si quieres saber para que fuiste creado y tu lugar en este mundo, entonces debes enfocarte en Dios, Él te proveerá una clara visión de tu vida.

HG/MD

“Y la Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros, y contemplamos su gloria, como la gloria del unigénito del Padre lleno de gracia y de verdad” (Juan 1:14).