Lectura: Marcos 1:14-28

Sin importar el lugar donde estuviera, Jesús causaba conmoción.  Pero lo más importante es que ponía a la gente a moverse, quienes lo observaban siempre eran motivados a hacer algo debido a lo que habían visto u oído de nuestro Señor, veamos algunos ejemplos:

  • Los pescadores siguieron a Jesús en obediencia (Marcos 1:18).
  • Las personas se asombraban de Su poder sobre los demonios (Marcos 1:27).
  • La suegra de Pedro, con gran agradecimiento, luego de levantarse de su lecho de enfermedad sirvió al Señor (Marcos 1:31).
  • Los que vieron a Jesús compartir las buenas nuevas, le contaron a otros lo que él había hecho (Marcos 1:45).

Posiblemente con los años hemos leído muchas veces estas historias del Señor, y quizás no sintamos la misma emoción que en ese momento mostraron aquellos galileos.  Estos hombres fueron transformados genuinamente por la presencia de Jesús.

Jesús también ha hecho muchas cosas extraordinarias en nuestras vidas; nos ha transformado de la muerte a la vida (Juan 5:23-25), nos dio el Espíritu Santo (Juan 14:15-21) y sobre todo está preparando un lugar para nosotros a su lado (Juan 14:2).

  1. Debemos responder a Jesús, asombrándonos por lo que Él ha hecho por nosotros, sirviéndole con agradecimiento, obedeciéndolo, compartiendo con otros el maravilloso mensaje de salvación.
  2. Cuando pienses en todo lo que Cristo ha hecho por ti, querrás hacer lo mejor por Él.  Recuerda, todavía existen muchos más que necesitan impresionarse por lo que Jesús ha hecho.

HG/MD

“Y todos daban buen testimonio de él, y estaban maravillados de las palabras de gracia que salían de su boca, y decían: ¿No es éste el hijo de José?” (Lucas 4:22).