Lectura: Lucas 12:16-21

Todos los que le conocieron acordaron que estaba destinado para tener éxito. Había establecido su marca personal en la industria y era conocido en la comunidad por sus impresionantes regalos. Él había tenido tanto éxito, debido a su extraordinaria administración del tiempo.

Él tenía sus prioridades: «Dios, la familia y los negocios», no necesariamente en ese orden, pero todos tenían su lugar en la vida de esta persona. Su familia estaba consciente de su horario y en cierta forma de adaptaba a este.

Las cosas de Dios verdaderamente no le interesaban, pero las consideraba apropiadas para mostrar una “apariencia ética religiosa” ante la sociedad y eran por supuesto políticamente correctas.  Una vez al día leía un breve devocional llamado: “60 segundos con Dios”,   Y el domingo, religiosamente asistía a la iglesia, sino interfería con un viaje de negocios.  Todo estaba controlado en la vida de esta persona de negocios.  Dios era otro check marcado en su lista de cosas por hacer en su vida.

Su secretaria protegía su tiempo. Nadie entraba sin cita previa.  Nadie, hasta que… “Lo siento, no puede ser molestado en este momento. Está en una conferencia.”

Aunque ella no lo sabía, ella tenía razón.  Estaba en una conferencia.  Dios NO necesita sacar citas, Él puede interrumpir en cualquier momento.  Es más, Él es el que manera la agenda de la reunión.

«Amado marido… buen proveedor…benefactor cristiano” fueron algunas de las frases que se dijeron de esta persona en el funeral.

Pero Dios le dijo: “¡Necio!”.

1. Podemos tratar de manejar el tiempo, sin embargo, no podemos controlar la eternidad.  Si Dios es tan sólo otro asunto dentro de la agenda de tu vida, no has realmente entendido, quién es el que maneja la Agenda de la Eternidad.

2. Nos encanta la idea de tener tiempo para construir casas y morar en ellas, adoramos la idea de tener tiempo para hacer negocios, para comprar y vender, pero si no tomamos el tiempo para arrepentirnos de nuestra vida de pecado, por medio de una ferviente oración y aceptamos el regalo divino, tu vida habrá sido un desperdicio de tiempo.  Sin una visión correcta de la eternidad, no podemos saber el valor real del tiempo.

NPD/HWR