Lectura: Proverbios 16:20-25

Detengámonos un momento a pensar en lo qué pasaría en las siguientes conversaciones figurativas: poner a hablar sobre la teoría de la relatividad a Albert Einstein con un ingeniero forestal, o a un ingeniero civil sobre construcción con una enfermera.  Sin duda cada una de estas personas son expertas en sus temas de conocimiento, sin embargo, es bastante probable que conozcan poco o nada de otros temas que no se relacionan con su especialidad, lo cual claramente les dificultaría avanzar o analizar un tema específico y diferente.

Ahora bien, qué pasaría si ponemos a Dios ante cualquier persona para discutir sobre su plan para la humanidad. Sin lugar a dudas habría un abismo de entendimiento entre ambos.  Sin embargo, solemos oír a gente que trata de justificar sus hechos poco justos frente a las verdades de la Palabra de Dios, anteponiendo sus criterios a los caminos del Señor.

Con el tiempo todos debemos aceptar el hecho de que Dios es real y que es el Creador de todo, renunciando a tratar de hacer las cosas como nos parece, humillándonos y aceptando la Palabra de Dios como única fuente de sabiduría.

Sin duda, al entender esta realidad, debe parecernos ridículo rechazar el plan de Dios para la salvación, pensando que conocemos un camino mejor.  Sólo al poner nuestra fe en Cristo para el perdón de los pecados, podemos reconciliarnos con Dios (Juan 14:6; Romanos 3:23; 6:23).

  1. ¿Todavía estás tratando de hacer las cosas a tu manera pensando que sabes más?  No sigas perdiendo tu tiempo y acepta la voluntad de Dios para tu vida.
  2. Sigue a Dios y su camino para ti.

HG/MD

“Hay un camino que al hombre le parece derecho, pero que al final es camino de muerte” (Proverbios 16:25).