Lectura: Salmos 145:1-13

Poco después de la hermosa boda escocesa, el padre de él, visitó la casa de los recién casados, la cual ​​acababan de haberla amueblado y decorado. Después de que le habían mostrado el lugar con orgullo y satisfacción, les comentó: «¡Sí, es muy bonito todo, pero nadie que caminara por esta casa, sabría si usted pertenece a Dios o al diablo!»

Los recién casados se sorprendieron por el brusco, pero bien intencionado comentario de su padre.  Desde ese día en adelante, se aseguraron de que en todas las habitaciones de su casa habrían algunas evidencias de su fe en Cristo.

Muchos creyentes se esfuerzan por incluir en sus casas recordatorios de la gracia y la bondad de Dios.  Tan sólo un versículo  bíblico inscrito en una placa o una obra de arte de buen gusto con un tema cristiano, pueden ser todo lo que se necesita para animar a los miembros de la familia para servir y alabar al Señor.

Luego, también, la presencia de libros y revistas cristianas pueden fomentar la meditación en la Palabra de Dios. Tales testimonios silenciosos pueden abrir oportunidades para hablar a los visitantes de la casa para hablarles de la bondad del Señor.

1. ¿Y qué de tu casa? ¿Un visitante tendría alguna pista en cuanto a tu lealtad espiritual? La Biblia y otros libros pueden decirle indirectamente lo que lees, y aún más proclamar tu credo.  ¿Tu casa habla?

2. ¡Lo que muestra el espejo de tu casa, mostrará tu corazón!

NPD/HGB