Lectura: Efesios 4:17-32

Muchos de nosotros hemos visto caer granizos producidos por algunas tormentas. Este tipo de fenómenos meteorológicos pueden destruir y ocasionar grandes daños en las cosechas, herir animales, golpear personas, romper ventanas de casas, autos y hasta de aviones.

Estas esferas de hielo, pueden presentarse en varios tamaños, desde los frágiles que apenas tocan suelo se deshacen, hasta los gigantes del tamaño de una gran naranja.

En palabras muy simples, el granizo se forma cuando existe una corriente ascendente de aire que atraviesa nubes y llega a la zona de congelación de la atmósfera, en este punto la humedad se congela y crea pequeñas pelotitas de nieve; mientras más altitud y mayor fuerza de empuje hacia arriba tenga la tormenta, el granizo será más grande y por lo tanto más destructivo.

La formación del granizo puede compararse con el enojo y las reacciones que las personas tienen; entre más dejemos que los vientos de la amargura y el tamaño de los sentimientos heridos crezcan y se eleven, también crecerá la ira, y peores serán las consecuencias sobre nosotros y los demás.

El apóstol Pablo advirtió en Efesios 4 sobre los efectos y el daño que puede causar la ira. Si permitimos que la ira arda en nuestros corazones, le damos al diablo la oportunidad de usarla en nuestra contra (Efesios 4:27); y lo peor de todo es que esa amargura afectará nuestra relación con Dios (Efesios 4:30-31).

Pero, no desesperes, hay una forma en la cual puedes controlar la ira: a través del perdón. Leamos lo que escribió el apóstol Pablo: “Más bien, sean bondadosos y misericordiosos los unos con los otros, perdonándose unos a otros como Dios también los perdonó a ustedes en Cristo.” (Efesios 4:27).

  1. Si permitimos que las emociones dominen nuestra vida, el resultado tarde o temprano serán las tormentas que nos harán daño a nosotros y a las personas a nuestro alrededor.  Pídele a Dios dominio propio (2 Timoteo 1:7) y que te guíe en cada paso de tu vida (Romanos 12:1-2).
  2. ¿Estás enojado con alguien? ¿Qué estas esperando? Resuélvelo pronto, antes de que crezca y llegue a ser una tormenta que haga daño. Perdona.

HG/MD

“Enójense, pero no pequen; no se ponga el sol sobre su enojo ni den lugar al diablo.” (Efesios 4:26-27).