Lectura: Deuteronomio 11:7-12

Cuando nos acercamos a mitad de año, es común que nos empecemos a recriminar sobre cosas que no hemos realizado y que posiblemente nunca haremos.

Jamás podremos retroceder el tiempo; podemos mirar atrás y recordar, pero es imposible volver a alguna instancia del año que ya pasó.

Al pensar en esto, podemos recordar a los israelitas cuando estuvieron en el umbral de una nueva oportunidad después de deambular cuatro décadas por el desierto.  Es probable que la nueva generación se preguntara si tenía la fe y fortaleza necesarias para poseer la tierra prometida.

Su líder, Moisés, les recordó que ellos habían visto: “toda la gran obra que el Señor ha hecho” (Deuteronomio 11:7), y que su destino era: “una tierra de la cual cuida el Señor tu Dios. Los ojos del Señor tu Dios están siempre sobre ella, desde el principio del año hasta el final de él” (v.12).

Puede ser que al llegar la mitad del año tengamos temor acerca del futuro debido a los acontecimientos del pasado o por las indecisiones de nuestra vida; pero, no tenemos que permanecer encadenados a nuestros viejos recuerdos, porque podemos avanzar con la mente centrada en Dios. Así como el Señor cuidaba de la tierra y de su pueblo, sus ojos están sobre nosotros también y nos ayudará a emprender nuevas tareas con valentía y decisión, a fin de alcanzar a todas las generaciones con su mensaje de salvación.

  1. El cuidado fiel del Señor abarca cada día del año.
  2. Procura estar más en contacto con el Señor cada día, recuerda, Él cuida de ti siempre.

HG/MD

“Una tierra de la cual cuida el Señor tu Dios. Los ojos del Señor tu Dios están siempre sobre ella, desde el principio del año hasta el final de él” (Deuteronomio 11:7).