Lectura: Habacuc 3:17-19

Es muy fácil engañar a la gente con  respecto a cómo nos sentimos realmente. Simplemente ponemos una sonrisa engañosa o tarareamos una canción alegre como esta antigua canción que se hizo popular en la 1 Guerra Mundial, la cual decía más o menos de esta forma:

Guarda tus penas en el fondo del morral y ríe ya!

Ponte contento y así vencerás la dificultad!

Siempre estarás alegre, nunca triste estarás, jamás!

Guarda tus penas en el fondo del morral y ríe, ríe, ríe, ya.!

Estas palabras, escritas por el actor de vodevil británico George Powell, se popularizaron gracias a una alegre melodía compuesta a piano por su hermano Félix.  Esta canción les representó en ese momento una ganancia de: $ 60.000.

Sin embargo, unos años más tarde, Félix se sentó al piano y tocó su conocida melodía: “Smile, Smile, Smile” (Ríe, ríe, ríe”).  Luego entró en una habitación donde estando sólo se suicidó.

Los problemas no se pueden tan sólo enviar al fondo del morral y pensar que estos por arte de magia se resolverán. Una sonrisa falsa y una canción alegre pueden camuflar una profunda infelicidad, sin embargo tan sólo Dios puede levantar la carga demoledora de la  preocupación en nuestros corazones.  Sabiendo que Él cuida de nosotros, podemos depositar sobre Él toda nuestra ansiedad (1 Pedro 5:7).  Si confiamos nuestras dificultades al Señor, como originador nuestra fuerza, esto hará que tengamos alivio emocional.  Él hará que en medio de la dificultad tengamos motivos para alegrarnos (Hab. 3:17-19).

1. Una sonrisa puede ocultar el dolor, podemos tratar de camuflar la desesperación. Pero sólo la confianza en Dios puede darnos paz interior y alegría incomparable.  ¿Por qué no tratas esta vez de confiar en Dios, a pesar que todos te digan lo contrario?

2. La alegría es el subproducto de confiar en Dios.

NPD/VCG