Lecturas: Mateo 15:12-20; Marcos 7:17-23

 

Luego de dar por concluida su conversación con los fariseos, y entrar en la casa,  sus discípulos, como acostumbraban, le preguntan a Jesús si puede explicarles la razón por la cual los fariseos estaban tan escandalizados, y que les aclares todo este asunto.

 

Jesús les amonesta, al indicarles que ya debían saber estas cosas, pues son muy simples: lo que entra a su estómago, luego de un tiempo termina en la letrina, lo que entra en el corazón humano y luego sale, eso sí peligroso y abominable.

 

Del corazón humano pueden salir: “malos pensamientos, la inmoralidad sexual, los robos, los homicidios, los adulterios, la avaricia, la maldad, el engaño, el libertinaje, la envidia, la calumnia, la arrogancia y la necedad” y esto sí contamina al ser humano.  Eso era lo que salía de los fariseos: guías de ciegos.

 

Esta comparación debe hacernos meditar, en lo que estamos dejando entrar a nuestros corazones, por medio de lo que vemos, leemos, pensamos, decimos o compartimos.  Estamos en la era de las comunicación digital y de las redes sociales y hoy más que nunca estamos expuestos a la basura que el mundo desea que consumamos.  Así que la próxima vez que te preguntes si algo, va a ser de edificación para la tu vida, pregúntate: ¿Haría esto, si Dios estuviera a mi lado? Y lo más impactante es que sí está a tu lado, ya que Jesús mismo prometió la presencia continua del Espíritu Santo (Juan 14:16).

 

  1. ¿Qué dejarás entrar a tu corazón? ¿La buena semilla de Dios, o la mala hierba del mundo?

 

  1. Recuerda que la receta para crecer en la fe es muy sencilla: lee y estudia Su Palabra, busca a otros que también quieran aprender de Dios y comparte lo que has aprendido con otros.

 

MD/HG

Jesús: Advierte sobre lo que contamina al ser humano. “Éstas son las cosas que contaminan a la persona, y no el comer sin lavarse las manos.” Mateo 15:20

Este devocional forma parte del estudio anual cronológico de la vida de Jesús: La Vida de Jesús, el cual llega a ustedes en alianza con Sonlife Classic