Lectura: 2 Corintios 2:12-17

Fui de visita a un rancho de ganado fuera de la ciudad de Memphis.  Junto a un amigo fuimos al establo, él hizo una respiración profunda y comentó: “¿No huele genial?  ¡Me encanta venir aquí! ¡Esta vista y estos olores son maravillosos!”

Yo sinceramente no lo creo. Al haber crecido en la ciudad, le dije que pensaba que olía como si algo estuviera muerto en ese lugar.  Y él se echó a reír.  El olor a vida que él olía, para mí era de muerte.

Esto me recuerda lo que el apóstol Pablo escribió en 2 Corintios acerca de cómo las personas responden al evangelio de Cristo.  Como nosotros, como sus seguidores, viajamos por la vida, proclamando las buenas nuevas de Cristo, con nuestra santidad y testimonios.  Y nuestro mensaje es recibido en una de dos maneras.

Para los que escuchan y creen, la historia de Cristo es un aroma dulce de bienvenida (2 Cor. 2: 15-16).  Pero para aquellos que lo rechazan, tiene el olor repulsivo a muerte.  El evangelio les obliga a enfrentarse a la idea de la muerte y la eternidad, lo que les aterra.

El ramo de flores que les recuerda a algunas personas un agradable jardín de primavera, le recuerda a otros una funeraria.  El mensaje de salvación a través de Cristo es el olor de la muerte para aquellos que no lo aceptan.  Pero para aquellos que creen en Jesús, es el maravilloso perfume de la vida.

1.  ¿Otros sienten la fragancia de Cristo, cuando están cerca de ti?

2. ¿Cuándo lees las palabras de evangelio de Jesús? ¿Qué percibes agradecimiento, arrepentimiento u odio?  Puedes a partir de hoy cambiar tu percepción de lo que Cristo significa.  Acerca hoy al Creador de la vida: Jesús, y acepta Su regalo de salvación.

NPD/DCE