Lectura: Joel 2:18-27

Mientras miraba unas fotos artísticas de la naturaleza en una página web, me llamó mucho la atención, una de ellas; la foto capturaba un momento increíble, se trataba de una hoja color anaranjado pastel.

La belleza del diseño era coronada por unos simpáticos insectos que asomaban sus cabezas por el agujero que había en el centro de la hoja. La complejidad del frágil modelo me hizo suponer que lo había creado un artista talentoso. Sin embargo, cuando miré más de cerca la fotografía, vi los trazos del artista que no era ni más ni menos que un gusano, y su obra de arte era la hoja parcialmente comida.

Pero, lo que hacía hermosa la imagen no era la destrucción de la hoja, ni los simpáticos insectos, sino la luz que brillaba a través de los agujeros. Mientras contemplaba la foto, empecé a pensar en las vidas que han sido comidas por los “gusanos” del pecado. Los efectos son devastadores. El pecado nos come a medida que padecemos las consecuencias de nuestras malas decisiones y de las de otros. Todos somos víctimas suyas.

Al mismo tiempo, esa fotografía me hizo recordar la esperanza que tenemos en Dios. A través del profeta Joel, el Señor le dijo a Israel: “…Yo les restituiré los años que comieron la oruga…” (Joel 2:25).

Satanás hace todo lo posible para afearnos, pero la Luz del mundo, Jesucristo, puede tornarnos hermosos a pesar de que el enemigo se esfuerce al máximo para lograr lo contrario.

  1. Permite que la luz de Cristo brille a través de tu vida.
  2. A pesar de la vida pasada y los pecados que golpearon tu vida, Dios quiere levantarte y hacer de ti una obra de arte.

HG/MD

“De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.” (2 Corintios 5:17).