Lectura: 1 Pedro 2:4-10

Cuando lo miraron por primera vez pasando al frente para entregar su vida a Jesús, alguien dijo con desprecio: “Es solo otro muchacho gitano”.

Era un muchacho inculto, sin ninguna esperanza para su futuro, al menos eso creían; pero Rodney Smith (1860-1947) no pensaba eso, estaba seguro de que Dios tenía un propósito para su vida.  Con mucho costo compró su primera Biblia, y con la ayuda de un diccionario aprendió a leer y a escribir.

Una vez dijo lo siguiente: “El camino a Jesús no pasa por Cambridge, Harvard o Yale, pasa por una antigua colina llamada Calvario”.  Contra todos los pronósticos, Rodney se transformó en un evangelista que Dios utilizó de gran manera, para llevar el mensaje de salvación a muchas personas en Reino Unido y Estados Unidos.

Pedro el pescador (Mateo 4:19), también era un hombre muy sencillo, sin ningún tipo de formación en las escuelas religiosas de su época (Hechos 4:13).  Sin embargo, a pesar de la poca educación y alguno que otro fracaso, compartió de forma magistral el mensaje de salvación con miles de personas (Hechos 2 y 3), y afirmó con toda certeza que aquellos que siguen a Jesús son: “linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido” (1 Pedro 2:9).

Y es que Jesús tiene la extraña particularidad de llamar a todo tipo de personas a su servicio, desde los más inteligentes hasta los más humildes, todos pueden ser parte de la gran familia de Dios y ser usados para su gloria.

  1. Tu también puedes ser parte de su pueblo adquirido, acepta hoy su mensaje de salvación, acepta tus errores y acepta su perdón.
  2. Señor, mi identidad y todo lo que soy, proviene de ti.

HG/MD

“Pero ustedes son linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido, para que anuncien las virtudes de aquel que los ha llamado de las tinieblas a su luz admirable” (1 Pedro 2:9).